Estoy a ful en el aeropuerto de Estambul,
El no lugar, el bazar de los cuerpos sin alma,
Nadie se salva, puede que esta noche se ponga el sol
Y ya no salga.

Puedo describir la soledad en tres acordes,
Puedo desnudarme siempre que no te importe,
Puedo llorar hasta que esto se desborde,
Bajar a la ciudad to’ loco y perder el norte.

Este mundo chungo a veces da que pensar
Cuánto te golpea la vida y te tienes que aguantar,
Sabes que lo que tú buscas no se encuentra en el bar
Y no paras de intentar vivir sin disimular.

La birra fría no te cura las heridas, pero
Endulza amargamente nuevas melodías, estoy
Bajando al fondo de un abismo,
Eso que otros llaman conocerse a uno mismo.

¿Qué sería de la música sin verso?
¿Qué sería del verso sin ser eterno?
¿Cuántas veces hay que bajar al infierno
Y aprender a sufrir en este planeta inmenso?

Este cuaderno ya no aguanta más mentiras,
Por eso hoy le hablo sobre las heridas, puta vida,
Corre la sangre por la avenida,
El mundo ya no gira y la guerra está perdida.

Y no todo va a ser rosa o azul,
A veces tienes que guardar recuerdos en el bahúl,
Cambiar de actitud, ser tú,
Salir del iglú, encontrarte una virtud.

Que las cosas de la vida a veces se atragantan
Y vomitas miedos mientras otros cantan.
Échalo todo si hace falta,
Pero quiero verte volver con la cabeza alta.

Vamos a cantarle a la vida aunque falte el aire,
Vamos a explotar, vamos a reventar,
Todo nos da igual, la rabia nos invade.

Estoy aquí en la estación de Chamartín,
Atrapado entre la masa, viendo la ciudad fluir,
Por inercia los muertos se creen vivir,
Me pregunto cuánto puto cadáver se cree feliz.

No vengo a dar clases de moral,
Vengo a desnudar mi espíritu y ofreceros su esencia,
Pues no soporto el yugo de mi existencia,
Por eso es un suplicio hasta mi propia soledad.

Este sistema me da histeria,
Y tira la primera piedra,
Quieren que siga sus putas leyes de mierda,
Las mismas que dejan a medio mundo en la miseria.

Que les jodan, no soy esclavo de nada,
Si muero, que se claven mis valores como espada,
Y si muero que no lloren a quien nunca vivió
Por la angustia del vacío que incubaba en su interior.

Que tu dios no pudo salvarme,
Quiero salir del cuerpo y no logro escaparme,
Que nadie venga a ayudarme,
Porque estoy cavando un hoyo del que no pueden sacarme.

Primo, súbete a mi noria
Y siente el constante cambio entre la ruina y la gloria,
Encadénate a mi paranoia,
Soy la paradoja de un nihilista con ética propia.

Y es que el gobierno quiere mujeres en calma,
Cuantificarlo todo y burocratizar el alma,
Pero ante la injusticia no hay excusa que valga,
No vamos a callarnos, la palabra es el arma.

Y hoy le canto a la vida aunque falte el aire,
Aunque se pare la música y cese el baile,
Aunque el latido de la primavera amaine,
Y mirando al horizonte pensemos que no haya nadie.

ESTRIBILLO